Los proyectos de la Universidad Autónoma de Occidente continúan teniendo visibilidad en Propiedad Pública. En esta oportunidad, la investigación ‘Desarrollo de un biocompuesto cerámico para la regeneración ósea’ realizada en la Facultad de Ingeniería, fue destacada en esta estrategia de comunicación y educación liderada por la Universidad de Antioquia.

[highlight bgcolor=»#43e2f5″ txtcolor=»#000000″]Se trata de la obtención de un biocompuesto que se forma al mezclar un material cerámico llamado fosfato tricálcico, que permite el crecimiento del hueso y tiene la propiedad de biointegrarse al tejido óseo normal, y un material polimérico como el quitosano (caparazón de crustáceos, específicamente del camarón) que tiene propiedades regenerativas a nivel de estímulo de la cicatrización. En la investigación, estos biocompuestos son utilizados como substitutos óseos o como relleno en cavidades pequeñas.[/highlight]

En el artículo publicado por el diario El Tiempo a cerca de esta iniciativa, se destaca cómo “el esqueleto de los seres vivos tiene la capacidad de autorregenerarse cuando es afectado por un accidente o una enfermedad, pero si el problema es grave, para superar el trauma se debe recurrir a un injerto, es decir, a tomar partes de hueso de la misma persona o de donantes”.

Así mismo, se asegura que los resultados de la investigación llevada a cabo en la facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Occidente, ha arrojado resultados preliminares satisfactorios. Conoce todo el despliegue de la investigación en Propiedad Pública, haciendo clic  aquí.

Una de las razones para destacar este proyecto es la solución que presenta. Como se menciona en el artículo de El Tiempo, el de injerto natural tiene varias limitaciones: el alto costo de las técnicas del procesamiento del tejido natural para adaptarlo al cuerpo humano; la disponibilidad de material de implante es limitada; la extracción de tejido óseo para autoimplante genera dolores constantes; y el hueso donado puede ser un transmisor de enfermedades.

Por su parte el material sintético creado en la Autónoma de Occidente es un compuesto formado por dos sustancias; la primera de ellas es el Fosfato tricálcico, un elemento que los científicos califican como altamente reabsorbible y biocompatible, lo que quiere decir que posee características fisicoquímicas adaptables al ambiente biológico del cuerpo humano que le permiten utilizarse como relleno óseo; y la segunda es el Quitosano, un derivado de la Quitina, componente de la estructura de los crustáceos, insectos y hongos, que es considerada por la literatura científica como un estimulante de la cicatrización de los tejidos.

Para leer el artículo original publicado en El Tiempo, haga clic aquí