Este artículo hace parte de la segunda edición de la revista Autónoma al Día. Lea todos los contenidos aquí: https://aldia.uao.edu.co/

Gracias a la iniciativa de la facultad de Ingeniería de la UAO de fomentar el desarrollo de huertas urbanas en la ciudad, en aras de promover la soberanía y seguridad alimentaria, los buenos hábitos alimenticios, el desarrollo sostenible y la transferencia de saberes entre la comunidad y la Universidad, se han impactado alrededor de 1100 personas entre niños, jóvenes, adultos, adultos mayores, personas con discapacidad física, privados de la libertad y población vulnerable.

Si bien las huertas urbanas se han popularizado en los últimos años, es importante remontarnos siglos atrás y conocer su historia, la cual se ha visto enmarcada en grandes crisis y episodios mundiales como la Revolución Industrial, la l y ll Guerra Mundial, las crisis económicas, energéticas y sociales, entre otras.

Durante la l y ll Guerra Mundial la crisis afectó gran cantidad de países que perdieron su capacidad de producción, importación y control social, lo que los obligó a buscar alternativas de abastecimiento y estrategias para involucrar y organizar la población, entre estas, la creación de cultivos urbanos en espacios públicos como parques, colegios, estadios, jardines y grandes escenarios.

Desde el fin de la ll Guerra Mundial hasta hoy, la agricultura urbana ha sido una alternativa para producir alimentos como frutas, aromáticas, hortalizas, verduras y granos, entre otros; sin embargo, su objetivo e impacto se ha ido transformando con los años y ahora también se convirtieron en espacios de aprendizaje, integración y terapia, que aportan a mejorar la calidad de vida de la población.

«Desde la Universidad le estamos apostando a la agricultura para impulsar la creación de iniciativas comunitarias»

Freddy Naranjo Pérez, decano de la facultad de Ingeniería UAO.

Andrea Rodríguez, estudiante del programa de Ingeniería Ambiental, participó en el proyecto de construcción de una huerta urbana en el ‘Hogar Geriátrico San Miguel’, una experiencia que como menciona “fue enriquecedora” y que permitió a los adultos mayores conectarse con la naturaleza y con actividades que realizaban tiempo atrás.

“Son muchas anécdotas de vida, don Iván por ejemplo, trabajaba en el campo, pero a raíz de un accidente no pudo volver a caminar, cuando llevamos el proyecto al Hogar siempre estuvo motivado y fue uno de los que más participó”, mencionó Andrea.

Otra experiencia significativa fue el proyecto en la ‘Cárcel y Penitenciaría de Alta y Media Seguridad para Miembros de la Fuerza Pública de Cali’, donde militares privados de la libertad participaron en los talleres de agricultura urbana, con el fin de adecuar la huerta que tienen en el lugar.

“Este tipo de iniciativas favorecen el plan penitenciario de cada privado de la libertad, su reintegración social, participación en la comunidad, enriquece el conocimiento básico sobre huertas urbanas, se logran también reducciones en las penas y ocupación del tiempo en actividades productivas”.

Paola Páez, psicóloga de la Cárcel y Penitenciaría de Alta y Media Seguridad para Miembros de la Fuerza Pública de Cali .

Ahora, la Facultad se prepara para continuar implementando proyectos en comunidades con los estudiantes, a través de cursos, conferencias, eventos, talleres y alianzas, que permitan seguir impactando a la sociedad y el ambiente.

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