El río Lili es uno de los afluentes más especiales de Cali, y la historia de su transformación a través de los años es también la historia de las comunidades que han habitado sus riberas en los últimos siglos.
Esa fue la idea que tuvieron las estudiantes Nathaly Meneses y Paula Mora, quienes desarrollaron un proyecto con las comunidades de este río en el sur de la ciudad, como Trabajo de Grado en el programa de Administración Ambiental de la UAO.
El trabajo estuvo orientado por los docentes Germán Andrés Calberto y Diego Armando Burgos, de la facultad de Ciencias Básicas.
El objetivo de las estudiantes fue realizar una reconstrucción de la memoria ambiental del río Lili en su parte media, involucrando a las comunidades que tradicionalmente han vivido en sus alrededores, que en alguna medida son descendientes de jornaleros de las haciendas San Joaquín y Cañasgordas.
Para las alumnas, reconocer la historia del territorio le permite a las comunidades apropiarse de él y estar dispuestas a promover cambios en pro de la conservación del ecosistema.
Y en el caso del río Lili, esa apropiación y sentido de pertenencia sí que es necesaria, pues se ve amenazado por graves problemas ambientales como la acumulación de desechos plásticos y sanitarios, asentamientos humanos irregulares, mal manejo de aguas residuales e incluso extracción de carbón en su cuenca.
“El objetivo fue realizar la caracterización socio-ecológica del río Lili como un aporte a los procesos de planificación urbana en la ciudad, que incluyó la reconstrucción de la historia del río mediante el método de la IAP (Investigación Acción Participativa); el análisis de los parámetros físico-químicos del agua con el fin de conocer la calidad del agua los principales contaminantes del río; y por último, el diseño de una propuesta participativa para fortalecer la cultura del agua y reducir la contaminación”, explican Nathaly y Paula.
De acuerdo con el trabajo de las alumnas, la cuenca Lili, con 2726 hectáreas de extensión, es considerada una de las áreas con la mayor diversidad biológica y paisajística. En los años 1500 su territorio era ocupado por los indígenas lilíes, que darían el nombre a este sector. Más adelante se llamaría Caserío Lili, en 1822; y se convertiría en el barrio Valle del Lili, a finales del siglo XX y principios del actual.
Durante su proyecto, las alumnas desarrollaron con las comunidades jornadas de limpieza en el río, distribución de folletos ambientales y realizaron actividades de concientización sobre la contaminación de este ecosistema.
“Tras terminar el trabajo con la comunidad, siento una satisfacción gigante por el deber cumplido; pues es nuestro deber como defensores del medio ambiente y de los recursos naturales incluir a las comunidades en todo proyecto. Siento que nuestro trabajo le recuerda a la sociedad que el río Lili existe y que tiene una historia enriquecedora ambientalmente hablando; que es un recurso muy importante para la ciudad de Cali y que su comunidad se preocupa por recuperarlo”, comenta Paula Mora.
Y su satisfacción la comparte su compañera Nathaly Meneses:
“Conocer la historia de nuestro territorio nos permite valorar los recursos naturales e idear en conjunto con la comunidad acciones para la recuperación de los mismos. Siento satisfacción al usar las herramientas que la Universidad me brindó para poner en práctica, y conocer una comunidad perseverante, unida en pro a la conservación ambiental y de su memoria histórica”.
Más información:
Administración Ambiental
lacatano@uao.edu.co
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